CAMBIO DE RUTA
Luis Sepúlveda
El martes 17 de mayo de 1980 el ferrocarril Antofagasta-Oruro dejó
la estación chilena emprendiendo un viaje rutinario. El convoy estaba integrado
por un vagón postal, otro de mercancías y dos de pasajeros, de primera y
segunda clase respectivamente.
Viajaban muy pocos
pasajeros, y la mayoría de ellos bajó en Calama, a mitad del largo camino hasta
la frontera con Bolivia. Los que quedaron, cuatro en el vagón de primera y ocho
en el de segunda, se dispusieron a dormir estirados en los asientos,
agradablemente mecidos por el balanceo del tren que con fatigosa lentitud
treparía los tres mil y tantos metros hasta llegar a los pies del volcán
Ollagüe y al pueblo del mismo nombre.
Allí, los pasajeros que
desearan seguir viaje a Oruro debían tomar un tren boliviano, y el expreso
Antofagasta-Oruro seguiría unos cien kilómetros más por territorio chileno
hasta parar en Ujina, final del viaje. Por qué el expreso se llamaba
Antofagasta-Oruro, y no simplemente Antofagasta-Ujina, es algo que nadie
entendió jamás y el asunto permanece así todavía.
Era un viaje aburrido. La
pampa salitrera murió hace demasiado tiempo y los pueblos abandonados hasta por
los fantasmas de los mineros no ofrecían ningún
espectáculo digno de mención. Hasta los guanacos, que a veces
languidecían de tedio mirando el paso del tren
con expresión idiota, eran aburridos. Uno ve uno y con los ha visto todos.
De tal manera que dormir a
pierna suelta una vez agotadas las botellas de vino y las conversaciones
constituía
la mejor perspectiva del viaje.
En el vagón de primera
viajaban una pareja de recién casados que deseaban conocer Bolivia _planeaban
llegar hasta Tiahuanaco_, un comerciante de lencería con asuntos pendientes en
Oruro, y un estudiante de peluquería
que había ganado el pasaje de ida y vuelta hasta Ujina
en un concurso de radio. El futuro peluquero viajaba no muy convencido de si
semejante premio recompensaba con justicia el haber respondido bien las veinte
preguntas del concurso «El cine y usted».
En el vagón de segunda
trataban de dormir un boxeador de la categoría welter que en tres días más
habría de enfrentar en Oruro al campeón amateur boliviano de
la misma categoría, su manager, el masajista y cinco hermanitas de
la caridad. Las monjas no pertenecían a la delegación deportiva y se quedarían
en Ollagüe para hacer unos ejercicios de retiro espiritual.
El tren llevaba a dos
maquinistas, el encargado del vagón postal y un revisor.
La locomotora diesel
arrastraba el convoy sin contratiempos. Llevaban dieciocho horas de viaje desde
que salieran de Antofagasta y bordeaban los primeros farallones que
custodian el volcán San Pedro y sus casi seis mil metros de altura. Unas cinco
horas más de viaje y entrarían en Ollagüe alarmando a los murciélagos de los
campanarios.
El maquinista al mando vio
aparecer súbitamente un banco de niebla y no le concedió importancia. Los
bancos de niebla también eran detalles rutinarios, pero por si las
moscas, aminoró la marcha. El otro maquinista dormitaba sentado. Percibió la
maniobra y abrió los ojos.
_¿Qué pasa? ¿Los guanacos de
nuevo?
_Niebla, Muy espesa.
_Dale no más.
La locomotora entró como un
dardo en el banco de niebla y el maquinista descubrió algo desacostumbrado. El
rayo de luz del reflector no perforaba la niebla. Se dibujaba redondo, como
proyectado contra un muro gris y húmedo. Instintivamente disminuyó la marcha al
mínimo y el compañero volvió a abrir los ojos.
_¿Qué pasa?
_La niebla. No se ve nada.
Nunca antes vi una niebla tan espesa.
_Cierto. Será mejor detener
la máquina.
Así lo hicieron. El tren
retrocedió unos centímetros y se quedó quieto.
El maquinista al mando abrió
una ventanilla y asomó la cabeza tratando de mirar hacia el haz de luz, pero no
vio el vigoroso haz de luz del faro. En realidad
no vio absolutamente nada, y alarmado entró de nuevo la cabeza.
Al mirar hacia adelante tampoco pudo ver el
reflector encendido.
_Mierda. Se nos fundió la
bujía.
_Qué diablos. Vamos a
cambiarla.
Tomaron una nueva bujía y
salieron a la pasarela cargando una caja de herramientas. Los dos hombres
portaban
linternas de mano. El primero en salir dio dos
pasos y se detuvo. Pensó que le fallaba la linterna, mas, al volverla hacia
arriba, comprobó que estaba encendida. La luz no conseguía traspasar la niebla,
se proyectaba un par de milímetros desde el vidrio y moría.
_Socio, ¿estás ahí?
_Sí, detrás de ti. Pero no
te veo.
_Me está entrando julepe.
Dame la mano.
Tantearon en la oscuridad
absoluta, se tomaron de la mano y, con los cuerpos pegados a la baranda de la
pasarela,
avanzaron hasta el reflector. Estaba encendido.
Al pasar la mano por el vidrio protector, el poderoso haz de luz la tornaba
transparente, pero no conseguía pero no conseguía penetrar ni un centímetro en
la niebla.
_Volvamos. Hay que esperar
no más.
De regreso a la cabina de
mando, el segundo maquinista accionó las perillas de la radio para
comunicar la detención y el posible atraso a la estación de Ollagúe.
_¡Cresta! ¡Por la grandísima
cresta!
_Y ahora ¿qué?
_La radio. Está muerta. No
funciona.
_No más nos faltaba esto.
¿Qué hacemos?
_Esperar. Y con paciencia.
Las horas empezaron a correr
lentas, como en todas las situaciones de incertidumbre. Dieron las cuatro de
la mañana, las seis, la hora prevista para llegar a Ollagüé, las siete y
se cumplieron las veinticuatro horas desde que salieran de Antofagasta. La
niebla seguía igual. Densa, tanto que impedía el paso de la luz diurna, la
lacerante luminosidad de los amaneceres andinos.
_Hay que hablar con los
pasajeros.
_De acuerdo. Pero vamos
juntos.
Tomados de la mano, los dos
maquinistas bajaron de la locomotora y, pegando los cuerpos al tren,
llegaron hasta el vagón postal. El encargado se alegró al escucharlos y se
les unió en pos del vagón de primera clase. Subieron. El revisor, que se
desgañitaba dando explicaciones al lencero, los recibió con alivio.
_¿Hasta cuándo vamos a estar
parados? Me están esperando negocios importantes en Oruro _alegó el hombre.
_¿No se ha asomado a la
ventana? ¿No ve la niebla que hay afuera? _respondió uno de los maquinistas.
_¿Y qué? Las vías siguen en
el suelo _agregó .
_Sea sensato. Los
maquinistas saben lo que hacen _indicó la recién casada.
_Socio, anda a buscar a los
pasajeros de segunda. Es mejor que estén todos juntos.
El aludido cruzó al otro
vagón, y los primeros en aparecer fueron el boxeador y sus técnicos. El púgil
mantuvo abierta la puerta para que pasaran las monjas.
Luego de una corta
discusión, que reveló que los recién casados y el estudiante de peluquería eran
los únicos
dotados de paciencia en el grupo, acordaron qué
estrategia seguirían.
Según los cálculos de los
maquinistas, se encontraban muy cerca del volcán San Pedro, en un tramo de
curvas cerradas que desaconsejaban mover el tren en medio de aquella niebla,
pero también era posible que el banco de niebla no fuera demasiado extenso. Tal
vez se terminara en la próxima curva y, si era así, estaban dispuestos a
reanudar la marcha a la vuelta de la curva. Pero antes debían estar seguros y
por lo tanto un voluntario tenía que acompañar a uno de los maquinistas en la
caminata exploratoria por las vías. El boxeador se ofreció de inmediato
argumentando que le vendría muy bien un poco de movimiento.
Para no verse obligados a
caminar tomados de la mano, el boxeador y el segundo maquinista se ataron por
la cintura mediante una cuerda, como los alpinistas, y emprendieron la marcha.
No alcanzaron a dar un paso y ya los pasajeros asomados a la puerta los habían
perdido de vista. Pero la ausencia no duró demasiado.
Arrastrando al púgil, que no
entendía la decisión de volver, el maquinista regresó hasta el grupo.
_Estamos sobre un puente
-dijo el ferroviario.
_¿Qué? ¡Si no hay un solo
puente en todo el trayecto! _dijo el otro.
_Lo sé tan bien como tú.
Pero ahora estamos encima de un puente. Ven conmigo.
Soltaron al boxeador y los
dos maquinistas se unieron por medio de la cuerda.
Los hombres no se veían. La
humedad de la niebla tornaba desagradable la respiración.
_Pisa los durmientes. Vamos
a dar dos pasos. Listo. Ahora trata de apoyar el pie entre medio de los
durmientes.
El otro ferroviario estuvo a
punto de perder el equilibrio. El pie atravesó la niebla sin encontrar
resistencia.
_La puta. Es cierto. ¿Dónde
estamos?
_¿Tienes algo pesado? Quiero
saber si hay agua abajo.
_Entiendo. Atento. Voy a
botar la linterna.
Esperaron conteniendo la
respiración todo el tiempo que pudieron, pero no escucharonn el ruido esperado.
Noescucharon ningún ruido.
_Pues parece que es alto.
¿Dónde estamos?
Regresaron al vagón y sus
rostros perplejos enmudecieron a los pasajeros.
Las monjas repartieron los
restos de café que llevaban en termos, el comerciante de lencerías revisó su
agenda de compromisos, los recién casados se tomaron de las manos, el boxeador
se paseó nervioso de un extremo a otro del vagón mientras el manager jugaba
a las damas con el masajista y el estudiante de peluquería sacó con timidez un
radio transistor de su bolso.
_¡Buena idea! A lo mejor hay
información del tiempo. Son las siete de la mañana y es hora del noticiero
_exclamó uno de los maquinistas.
Se arremolinaron cerca del
muchacho y, en efecto, escucharon el noticiero, con incredulidad primero, con
desazón luego, y finalmente con resignación ante la evidencia.
El locutor habló del trágico
descarrilamiento del ferrocarril Antofagasta-Oruro ocurrido la pasada noche en
las proximidades del volcán San Pedro. El convoy, al parecer por un fallo en el
sistema de frenado, había saltado de las vías y caído en un precipicio. No
había supervivientes, y entre las víctimas se encontraba el destacado
deportista...
Se miraron unos a otros en
silencio. Ninguno cumpliría sus planes ni llegaría a tiempo a las citas
concertadas.
Otra invitación inescrutable y ajena al paso del
tiempo los convocaba a pasar al otro lado del puente, cuando se levantara la
niebla.
Sepúlveda,
L. (2006). Desencuentros.
Buenos Aires: Tusquets.
la verdad es que el texto me confundió mucho, porque nunca entendí la idea central del texto. Además lo del noticiero del final me confunde mucho más de lo que estoy ahora, en mi opinión este texto no debe ser malo, pero me habría gustado entenderlo. ¿ seré al único al que le pasa esto?
ResponderEliminarMartín Toledo 8°D
Me gusto mucho el texto, había mucho misterio y me pregunte varias veces que estaba pasando pero al final lo entendí todo. Lo que mas me gusto fue el final, la verdad es que no lo esperaba y me dejo muy sorprendida, Me encanto este texto.
ResponderEliminarPaula Ochoa 8°B
Concuerdo contigo Paula, el misterio fue lo principal en el texto y fue lo que mas me llamo la atención de hecho. El final fue muy inesperado, realmente fue muy bueno el texto.
EliminarVictoria Parra 8°A.
Estoy de acuerdo con ambas. Al principio me perdí un poco, pero al final entendí todo y la verdad es que me dejó muy sorprendida, en muy buen sentido. El final fue lo que más me gustó, era extraño y misterioso, me encantó lo que escucharon los personajes del locutor de la radio " El locutor habló del trágico descarrilamiento del ferrocarril Antofagasta-Oruro ocurrido la pasada noche en las proximidades del volcán San Pedro. El convoy, al parecer por un fallo en el sistema de frenado, había saltado de las vías y caído en un precipicio. No había supervivientes, y entre las víctimas se encontraba el destacado deportista..." Increíble, me dejó con ganas de seguir leyendo, saber lo que pasó y poder encontrarle un sentido.
EliminarIsidora Trejo 8ºA
Estoy de acuerdo con ustedes es un muy buen texto sobre todo el final que deja muy sorprendido y uno no se lo esperaba, ademas la forma en la que se narra el texto es buenísima y a medida de que avanzas leyendo el texto vas descubriendo que fue lo que sucedió y dan mas ganas de leerlo y terminarlo. Creo que la mejor parte fue cuando se enteraron lo que habia sucedido a través de la radio.
EliminarÁngela Mendoza 8°A
estoy de acuerdo contigo paula a mi también me gusto el texto y también la parte del final para mi fue la mas interesante
EliminarEstoy de acuerdo contigo javi el final fue la mejor parte porque fue inesperado y creo que una buena historia debe tener un final que no sea predecible para que sea interesante
Eliminarme gusto bastante el texto por el misterio y todo eso...el final también me gusto mucho, pero también al principio me confundió un poco
ResponderEliminarMartina fuentes 8°D
El texto me gusto ,me perdí un poco en algunas partes pero todo cuadro cuando leí el final
ResponderEliminarMartin Diaz 8-B
Debo admitir que no me gustó el texto,no es malo pero siento como si le faltara algo en la historia.
ResponderEliminarAndrés Castelli 8°A
Siento lo mismo que tu castelli ami me gusto el texto pero falta algo qur lo complemente.
EliminarIan vrsalovic 8C
Siento lo mismo que tu castelli ami me gusto el texto pero falta algo qur lo complemente.
EliminarIan vrsalovic 8C
No estoy de acuerdo contigo andres porque a mi parecer el texto es muy misterioso y re dan ganas de seguir leyendo para ver que pasa por ejemplo esta frase "La niebla. No se ve nada. Nunca antes vi una niebla tan espesa..." Indica que no se sabe que hay detras de esta nieba y eso le da cierto misterio al texto y creo que te va animando a leerlo
EliminarAntonia cuellar 8-B
EliminarMe gustó el texto. Cuando empezé a leerlo me costó comprenderlo, pero a medida que iba avanzando en la lectura todo comenzó a tener sentido y lo entendí.
ResponderEliminarMario Ugarte 8°A
El texto es bastante intrigante,ya que al principio es bastante tranquilo pero luego comienza a aparecer una especie de suspenso y misterio,ya que estaban perdidos sin ningun medio de comunicacion y habia una neblina nunca antes vista,("La niebla. No se ve nada. Nunca antes vi una niebla tan espesa...").Fianlmenete ya no sabrían que hacer cuando dijeron por la radio:" El locutor habló del trágico descarrilamiento del ferrocarril Antofagasta-Oruro ocurrido la pasada noche en las proximidades del volcán San Pedro. El convoy, al parecer por un fallo en el sistema de frenado, había saltado de las vías y caído en un precipicio...").
ResponderEliminarjosefina kolbe 8°D
EliminarMe gusto bastante el texto por el toque de misterio que tiene, me confundí en algunas partes de este, pero al final pude entenderlo.
ResponderEliminarCatalin Brito 8°A
Al igual que tu me gustó bastante el texto.
EliminarLo que más me sorprendió de él fue cuando en la radio escucharon:" Se arremolinaron cerca del muchacho y, en efecto, escucharon el noticiero, con incredulidad primero, con desazón luego, y finalmente con resignación ante la evidencia.
El locutor habló del trágico descarrilamiento del ferrocarril Antofagasta-Oruro ocurrido la pasada noche en las proximidades del volcán San Pedro. El convoy, al parecer por un fallo en el sistema de frenado, había saltado de las vías y caído en un precipicio. No había supervivientes, y entre las víctimas se encontraba el destacado deportista...
Nunca me lo espere, pero no entendí... ¿Eso quiere decir que todos estaban muertos o que todos estaban dentro de un enorme precipicio o que?
8°C
Al igual que tu me gustó bastante el texto.
EliminarLo que más me sorprendió de él fue cuando en la radio escucharon:" Se arremolinaron cerca del muchacho y, en efecto, escucharon el noticiero, con incredulidad primero, con desazón luego, y finalmente con resignación ante la evidencia.
El locutor habló del trágico descarrilamiento del ferrocarril Antofagasta-Oruro ocurrido la pasada noche en las proximidades del volcán San Pedro. El convoy, al parecer por un fallo en el sistema de frenado, había saltado de las vías y caído en un precipicio. No había supervivientes, y entre las víctimas se encontraba el destacado deportista...
Nunca me lo espere, pero no entendí... ¿Eso quiere decir que todos estaban muertos o que todos estaban dentro de un enorme precipicio o que?
8°C
Al igual que ustedes me gusto y me pareció muy interesante el texto. Marti según yo quiere decir que las personas pensaron que el tren se había caído y que los pasajeros habían muerto, pero en realidad seguían vivos.
EliminarPara mi lo mas interesante fue cuando descubrieron que estaba en un puente ("_Pisa los durmientes. Vamos a dar dos pasos. Listo. Ahora trata de apoyar el pie entre medio de los durmientes. El otro ferroviario estuvo a punto de perder el equilibrio. El pie atravesó la niebla sin encontrar resistencia. _La puta. Es cierto. ¿Dónde estamos?_¿Tienes algo pesado? Quiero saber si hay agua abajo")
Antonia Gaete8ªC
Creo que este es el texto que mas me a gustado pude entender a la primera de que se trataba, ademas que encuentro interesante estos tipos de textos
ResponderEliminarMaria jose ribba 8D
Me gustó mucho el texto porque lo encontré muy divertido y fácil de comprender, y a demás me gustan mucho los textos misteriosos.
ResponderEliminarMartín Latorre 8°A
La verdad es que el texto me gustó, pero me hubiera gustado otro final como que la niebla se dispersara y que cada pasajero llegue a su destino.
ResponderEliminarRamón Mazuela 8°A
El texto es muy interesante y me entretiene la idea de que el mundo piense que estas muerto pero estas solo perdido, es algo muy peculiar
ResponderEliminarMartin Diaz 8-B
No lo entendi casi nada, y no lo encontre muy interesante tampoco, "había saltado de las vías y caído en un precipicio" ¿finalmente el tren se había salido de las vías? ¿era un precipicio o un puente?
ResponderEliminar8C
me interesa mucho el misterio, asi que este texto me gusto bastante y era facil de comprender. Lo que mas me intereso fue de la gente piense que este muerta. El final me parecio muy inesperado.
ResponderEliminarFernanda Velasquez 8ºD
El texto no fue tan interesante, o sea, primero van a Bolivia, ¿Y después se caen a un precipicio?¿Por qué no sintieron el golpe? Eso sucede en textos de fantasía generalmente, ¿Qué habrá pasado?
ResponderEliminar"El locutor habló del trágico descarrilamiento del ferrocarril Antofagasta-Oruro ocurrido la pasada noche en las proximidades del volcán San Pedro. El convoy, al parecer por un fallo en el sistema de frenado, había saltado de las vías y caído en un precipicio. No había supervivientes, y entre las víctimas se encontraba el destacado deportista..."
Mario Benavente, 8°B
Me gusto el texto, fácil de entender y con un desarrollo claro.
ResponderEliminarEntretenido y misterioso, me mantuvo expectante hasta el final. Ojala nuestro boxeador haya ganado su combate.
Lo que destaco mucho, y que ocurre raramente en los textos, es que poco a poco se va complementando los echos y sucesos; eso me encanta que este en un texto.
Matias Fellay 8°C
A mí este texto me hace sentir con escalofríos porque el estar en la niebla y no poder ver nada no me gusta para nada, y si yo fuera uno de esos personajes estoy segura que gritaría y me costaría seguir instrucciones porque estaría bajo nerviosismo, en cuanto al texto si me gustó porque me representa de alguna u otra forma el espacio misterioso y tétrico de la novela.
ResponderEliminarMontserrat Covarrubias 8°B
No lo entendi mucho y lo encontre muy aburrido pero me gusto el final
ResponderEliminarEmilia Villarroel8A
Para mi el texto me pareció muy intrigante e misterioso ya que al leer estos tipos te textos siempre te quedas con la duda si va a pasar esto , que le paso al protagonista , etc ...
ResponderEliminarPero me sorprendió mucho el final donde el locutor dice El convoy, al parecer por un fallo en el sistema de frenado, había saltado de las vías y caído en un precipicio. No había supervivientes, y entre las víctimas se encontraba el destacado deportista...,
pero en resumen me gusto el texto .
Catalina Beltrán 8ºD
me gusto el texto por que tiene un poco de misterio, pero te confunde un poco al principio pero cuando te vas acercando al final se aclara todo
ResponderEliminarJaviera Cuellar 8A
me gusto el texto por que tiene un poco de misterio, pero te confunde un poco al principio pero cuando te vas acercando al final se aclara todo
ResponderEliminarJaviera Cuellar 8A
Me gustó bastante el texto a pesar de ser un poco confuso, sin embargo fue bastante interesante. La parte que más me gustó fue el misterioso final que daba a entender o por lo menos yo entendí de que al parecer el boxeador estaba muerto y probablemente los maquinistas también?.
ResponderEliminarCatalina Jacob 8ºA
Para mi el texto es muy interesante, es un relato entretenido al límite del misterio y lo paranormal, donde se relata un extraño viaje en tren e unos pasajeros chilenos y bolivianos, jamás se imaginarían el final, y mucho menos, aceptarían los sucesos.
ResponderEliminarJuan Trujillo 8ºA
Se me hizo algo difícil comprender el comienzo del texto, pero al continuar leyendo, comprendí mucho más lo que sucedía en la historia. Me gustó porque tuvo un final bastante inesperado, jamás pensé que podría terminar de esta manera ("El locutor habló del trágico descarrilamiento del ferrocarril Antofagasta-Oruro ocurrido la pasada noche en las proximidades del volcán San Pedro. El convoy, al parecer por un fallo en el sistema de frenado, había saltado de las vías y caído en un precipicio.") Es de los mejores textos que he leído en esta antología.
ResponderEliminarCatalina Correa 8°A
Tambíen me encanto es muy bueno y te sorprende el final si el principio es confuso pero con el final entiendes todo e igual da pena porque muchos no pudieron hacer lo que querían hacer.
ResponderEliminarDayanne Hidalgo 8C
En mi opinión es un texto interesante, ya que partió como una historia normal, pero en el desarrollo se puso más misterioso como en la parte que no podian ver nada a travez de la neblina ("el maquinista al mando abrió una ventanilla y asomó la cabeza tratando de mirar hacia el haz de luz, pero no vio el vigoroso haz de luz del faro. En realidad no vio absolutamente nada, y alarmado entró de nuevo la cabeza."), y yo queria saber que habia al otro lado. Lo que más me sorprendió fue el final, porque estaban en un precipicio y todos creían que estaban muertos pero en verdad estaban vivos.
ResponderEliminarNatalia Huidobro 8C
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMe gusto mucho el texto, ya que este mezcla el misterio y lo que es una vida aparentemente cotidiana, y al final le da un toque paranormal a la historia (como cuando están todos reunidos dentro del ferrocarril y al encender el transmisor y escuchar la noticia de que estaban todos muertos, a causa de que el ferrocarril en donde viajaban se había descarrilado, para luego caer en un precipicio,lo cual ocasionaría su muerte, mientras ellos se supone que estaban "sanos y salvos") Lo recomiendo al 100% ya que esta historia me pareció muy interesante (además de comprensible).
ResponderEliminarMe encanto el texto porque lo comprendí todo y me pareció interesante en la parte donde dicen por la radio: ”al parecer por un fallo en el sistema de frenado, había saltado de las vías y caído en un precipicio” donde me quede esperando mas sobre el texto, haciendo que el misterio sea mas grande aun pero lamentablemente ahí el texto se había acabado .
ResponderEliminarJoaquín Orellana 8°C
Creo que el texto deja un mensaje de como somos hoy en dia en cuanto a lo que pensamos, al decirse en el texto que habian muerto estan hablando sobre algo sierto. Nosotros decimos cosas sin saberlas al 100%.
ResponderEliminarPero el texto me gusto bastante
Lucas Valdivieso 8*C
este ha sido el texto que más me ha gustado, encuentro que la misteriosa trama era muy buena y quedé algo sorprendida con el final, no me lo esperaba. Nose si el texto era asi o si no lo pusieron completo en el blog, pero quedé con la duda de lo que iba a pasar con el tren y sus pasajeros.
ResponderEliminarRosario Jungmann 8ºC
A mi opinión es el mejor texto de la página, porque es entretenido, misterioso, e impactador sobre todo el final. Los personajes estuvieron bien escogidos como también la ambientación.
ResponderEliminarMartí González 8ºC
Este texto es de los que más me ha gustado, porque la trama es de suspenso y misterio, entonces me mantuvo interesada en saber que iba a pasar o como terminaría la historia. También me pareció inesperado el final, ya que, todo lo que ocurría en ese momento era bastante extraño ("El locutor habló del trágico descarrilamiento del ferrocarril Antofagasta-Oruro ocurrido la pasada noche en las proximidades del volcán San Pedro. El convoy, al parecer por un fallo en el sistema de frenado, había saltado de las vías y caído en un precipicio. No había supervivientes, y entre las víctimas se encontraba el destacado deportista... Se miraron unos a otros en silencio. Ninguno cumpliría sus planes ni llegaría a tiempo a las citas concertadas").
ResponderEliminarTambién estoy de acuerdo con Lucas, ya que, hoy en día vivimos muy acelerados y no tomamos el tiempo suficiente en corroborar las cosas o reflexionar acerca de lo que pensamos.
Valentina Delgado 8°C