ENCUENTRO NOCTURNO
Ray Bradbury
Antes de subir hacia las colinas azules, Tomás Gómez se detuvo en la
solitaria estación de gasolina.
-Aquí se sentirá usted bastante solo -le dijo al viejo.
El viejo pasó un trapo por el parabrisas de la camioneta.
-No me quejo.
-¿Le gusta Marte?
-Muchísimo. Siempre hay algo nuevo. Cuando llegué aquí el año pasado,
decidí no esperar nada, no preguntar nada, no sorprenderme por nada. Tenemos
que mirar las cosas de aquí, y qué diferentes son. El tiempo, por ejemplo, me
divierte muchísimo. Es un tiempo marciano. Un calor de mil demonios de día y un
frío de mil demonios de noche. Y las flores y la lluvia, tan diferentes. Es
asombroso. Vine a Marte a retirarme, y busqué un sitio donde todo fuera
diferente. Un viejo necesita una vida diferente. Los jóvenes no quieren hablar
con él, y con los otros viejos se aburre de un modo atroz. Así que pensé: lo
mejor será buscar un sitio tan diferente que uno abre los ojos y ya se
entretiene. Conseguí esta estación de gasolina. Si los negocios marchan
demasiado bien, me instalaré en una vieja carretera menos bulliciosa, donde
pueda ganar lo suficiente para vivir y me quede tiempo para sentir estas cosas
tan diferentes.
-Ha dado usted en el clavo -dijo Tomás. Sus manos le descansaban sobre
el volante. Estaba contento. Había trabajado casi dos semanas en una de las
nuevas colonias y ahora tenía dos días libres y iba a una fiesta.
-Ya nada me sorprende -prosiguió el viejo-. Miro y observo, nada más. Si
uno no acepta a Marte como es, puede volverse a la Tierra. En este mundo todo
es raro; el suelo, el aire, los canales, los indígenas (aun no los he visto,
pero dicen que andan por aquí) y los relojes. Hasta mi reloj anda de un modo
gracioso. Hasta el tiempo es raro en Marte. A veces me siento muy solo, como si
yo fuese el único habitante de este planeta; apostaría la cabeza. Otras veces
me siento como si me hubiera encogido y todo lo demás se hubiera agrandado.
¡Dios! ¡No hay sitio como éste para un viejo! Estoy siempre alegre y animado.
¿Sabe usted cómo es Marte? Es como un juguete que me regalaron en Navidad, hace
setenta años. No sé si usted lo conoce. Lo llamaban calidoscopio: trocitos de
vidrio o de tela de muchos colores. Se levanta hacia la luz y se mira y se
queda uno sin aliento. ¡Cuántos dibujos! Bueno, pues así es Marte. Disfrútelo.
Tómelo como es. ¡Dios! ¿Sabe que esa carretera marciana tiene dieciséis siglos
y aún está en buenas condiciones? Es un dólar cincuenta. Gracias. Buenas
noches.
Tomás se alejó por la antigua carretera, riendo entre dientes.
Era un largo camino que se internaba en la oscuridad y las colinas.
Tomás, con una sola mano en el volante, sacaba con la otra, de cuando en
cuando, un caramelo de la bolsa del almuerzo. Había viajado toda una hora sin
encontrar en el camino ningún otro automóvil, ninguna luz. La carretera solitaria
se deslizaba bajo las ruedas y sólo se oía el zumbido del motor. Marte era un
mundo silencioso, pero aquella noche el silencio era mayor que nunca. Los
desiertos y los mares secos giraban a su paso y las cintas de las montañas se
alzaban contra las estrellas.
Esta noche había en el aire un olor a tiempo. Tomás sonrió. ¿Qué olor
tenía el tiempo? El olor del polvo, los relojes, la gente. ¿Y qué sonido tenía
el tiempo? Un sonido de agua en una cueva, y una voz muy triste y unas gotas
sucias que caen sobre cajas vacías y un sonido de lluvia. Y aún más, ¿a qué se
parecía el tiempo? A la nieve que cae calladamente en una habitación oscura, a
una película muda en un cine muy viejo, a cien millones de rostros que
descienden como esos globitos de Año Nuevo, que descienden y descienden en la
nada. Eso era el tiempo, su sonido, su olor. Y esta noche (y Tomás sacó una
mano fuera de la camioneta), esta noche casi se podía tocar el tiempo.
La camioneta se internó en las colinas del tiempo. Tomás sintió unas
punzadas en la nuca y se sentó rígidamente, con la mirada fija en el camino.
Entraba en una muerta aldea marciana; paró el motor y se abandonó al
silencio de la noche. Maravillado y absorto contempló los edificios blanqueados
por las lunas. Deshabitados desde hacía siglos. Perfectos. En ruinas, pero
perfectos.
Puso en marcha el motor, recorrió algo más de un kilómetro y se detuvo
nuevamente. Dejó la camioneta y echó a andar llevando la bolsa de comestibles
en la mano, hacia una loma desde donde aún se veía la aldea polvorienta. Abrió
el termos y se sirvió una taza de café. Un pájaro nocturno pasó volando. La
noche era hermosa y apacible.
Unos cinco minutos después se oyó un ruido. Entre las colinas, sobre la
curva de la antigua carretera, hubo un movimiento, una luz mortecina y luego un
murmullo.
Tomás se volvió lentamente, con la taza de café en la mano derecha.
Y asomó en las colinas una extraña aparición.
Era una máquina que parecía un insecto de color verde jade, una mantis
religiosa que saltaba suavemente en el aire frío de la noche, con diamantes
verdes que parpadeaban sobre su cuerpo, indistintos, innumerables, y rubíes que
centelleaban con ojos multifacéticos. Sus seis patas se posaron en la antigua
carretera, como las últimas gotas de una lluvia, y desde el lomo de la máquina
un marciano de ojos de oro fundido miró a Tomás como si mirara el fondo de un
pozo.
Tomás levantó una mano y pensó automáticamente:
¡Hola!, aunque no movió los labios. Era un marciano. Pero Tomás había
nadado en la Tierra en ríos azules mientras los desconocidos pasaban por la
carretera, y había comido en casas extrañas con gente extraña y su sonrisa
había sido siempre su única defensa. No llevaba armas de fuego. Ni aun ahora
advertía esa falta aunque un cierto temor le oprimía el pecho.
También el marciano tenía las manos vacías. Durante unos instantes,
ambos se miraron en el aire frío de la noche.
Tomás dio el primer paso.
-¡Hola! -gritó.
-¡Hola! -contesto el marciano en su propio idioma. No se entendieron.
-¿Has dicho hola? -dijeron los dos.
-¿Qué has dicho? -preguntaron, cada uno en su lengua.
Los dos fruncieron el ceño.
-¿Quién eres? -dijo Tomás en inglés.
-¿Qué haces aquí -dijo el otro en marciano.
-¿A dónde vas? -dijeron los dos al mismo tiempo, confundidos.
-Yo soy Tomás Gómez,
-Yo soy Muhe Ca.
No entendieron las palabras, pero se señalaron a sí mismos, golpeándose
el pecho, y entonces el marciano se echó a reír.
-¡Espera!
Tomás sintió que le rozaban la cabeza, aunque ninguna mano lo había
tocado.
-Ya está -dijo el marciano en inglés-. Así es mejor.
-¡Qué pronto has aprendido mi idioma!
-No es nada.
Turbados por el nuevo silencio, ambos miraron el humeante café que Tomás
tenía en la mano.
-¿Algo distinto? -dijo el marciano mirándolo y mirando el café, y tal
vez refiriéndose a ambos.
-¿Puedo ofrecerte una taza? -dijo Tomás.
-Por favor.
El marciano descendió de su máquina.
Tomás sacó otra taza, la llenó de café y se la ofreció.
La mano de Tomás y la mano del marciano se confundieron, como manos de
niebla.
-¡Dios mío! -gritó Tomás, y soltó la taza.
-¡En nombre de los Dioses! -dijo el marciano en su propio idioma.
-¿Viste lo que pasó? - murmuraron ambos, helados por el terror.
El marciano se inclinó para tocar la taza, pero no pudo tocarla.
-¡Señor! -dijo Tomás.
-Realmente... -comenzó a decir el marciano. Se enderezó, meditó un
momento, y luego sacó un cuchillo de su cinturón.
-¡Eh! -gritó Tomás.
-Has entendido mal. ¡Tómalo!
El marciano tiró al aire el cuchillo. Tomás juntó las manos. El cuchillo
le pasó a través de la carne. Se inclinó para recogerlo, pero no lo pudo tocar
y retrocedió, estremeciéndose.
Miró luego al marciano que se perfilaba contra el cielo.
-¡Las estrellas! -dijo.
-¡Las estrellas! -respondió el marciano mirando a Tomás.
Las estrellas eran blancas y claras más allá del cuerpo del marciano, y
lucían dentro de su carne como centellas incrustadas en la tenue y
fosforescente membrana de un pez gelatinoso; parpadeaban como ojos de color
violeta en el estómago y en el pecho del marciano, y le brillaban como joyas en
los brazos.
-¡Eres transparente! -dijo Tomás.
-¡Y tú también! -replicó el marciano retrocediendo.
Tomás se tocó el cuerpo, sintió su calor y se tranquilizó. «Yo soy
real», pensó.
El marciano se tocó la nariz y los labios.
-Yo tengo carne -murmuró-. Yo estoy vivo.
Tomás miró fijamente al fío.
-Y si yo soy real, tú debes de estar muerto.
-¡No! ¡Tú!
-¡Un espectro!
-¡Un fantasma!
Se señalaron el uno al otro y la luz de las estrellas les brillaba en
los miembros como dagas, como trozos de hielo, como luciérnagas, y se tocaron otra
vez y se descubrieron intactos, calientes, animados, asombrados, despavoridos,
y el otro, ah, si, ese otro, era sólo un prisma espectral que reflejaba la
acumulada luz de unos mundos distantes.
Estoy borracho, pensó Tomás. No se lo contaré mañana a nadie. No, no.
Se miraron un tiempo, de pie, inmóviles, en la antigua carretera.
-¿De dónde eres? -preguntó al fin el marciano.
-De la Tierra.
-¿Qué es eso?
Tomás señaló el firmamento.
-¿Cuándo llegaste?
-Hace más de un año, ¿no recuerdas?
-No.
-Y todos ustedes estaban muertos, así lo creímos. Tu raza ha
desaparecido casi totalmente ¿no lo sabes?
-No. No es cierto.
-Sí. Todos muertos. Yo vi los cadáveres. Negros, en las habitaciones, en
las casas. Muertos. Millares de muertos.
-Eso es ridículo. ¡Estamos vivos!
-Escúchame. Marte ha sido invadido. No puedes ignorarlo. Has escapado.
-¿Yo? ¿Escapar de qué? No entiendo lo que dices. Voy a una fiesta en el
canal, cerca de las montañas Eniall. Allí estuve anoche. ¿No ves la ciudad?
Tomás miró hacia donde indicaba el marciano y vio las ruinas.
-Pero cómo, esa ciudad está muerta desde hace miles de años.
El marciano se echó a reír.
-¡Muerta! Dormí allí anoche.
-Y yo estuve allí la semana anterior y la otra, y hace un rato, y es un
montón de escombros. ¿No ves las columnas rotas?
-¿Rotas? Las veo perfectamente a la luz de la luna. Intactas.
-Hay polvo en las calles -dijo Tomás.
-¡Las calles están limpias!
-Los canales están vacíos.
-¡Los canales están llenos de vino de lavándula!
-Está muerta.
-¡Está viva! -protestó el marciano riéndose cada vez más-. Oh, estás muy
equivocado ¿No ves las luces de la fiesta? Hay barcas hermosas esbeltas como
mujeres, y mujeres hermosas esbeltas como barcas; mujeres del color de la
arena, mujeres con flores de fuego en las manos. Las veo desde aquí, pequeñas,
corriendo por las calles. Allá voy, a la fiesta. Flotaremos en las aguas toda
la noche, cantaremos, beberemos, haremos el amor. ¿No las ves?
-Tu ciudad está muerta como un lagarto seco. Pregúntaselo a cualquiera
de nuestro grupo. Voy a la Ciudad Verde. Es una colonia que hicimos hace poco
cerca de la carretera de Illinois. No puedes ignorarlo. Trajimos trescientos
mil metros cuadrados de madera de Oregón, y dos docenas de toneladas de buenos
clavos de acero, y levantamos a martillazos los dos pueblos más bonitos que
hayas podido ver. Esta noche festejaremos la inauguración de uno. Llegan de la
Tierra un par de cohetes que traen a nuestras mujeres y a nuestras amigas.
Habrá bailes y whisky...
El marciano estaba inquieto.
-¿Dónde está todo eso?
Tomás lo llevó hasta el borde de la colina y señaló a lo lejos.
-Allá están los cohetes. ¿Los ves?
-No.
-¡Maldita sea! ¡Ahí están! Esos aparatos largos y plateados.
-No.
Tomás se echó a reír.
-¡Estás ciego!
-Veo perfectamente. ¡Eres tú el que no ve!
-Pero ves la nueva ciudad, ¿no es cierto?
-Yo veo un océano, y la marea baja.
-Señor, esa agua se evaporó hace cuarenta siglos.
-¡Vamos, vamos! ¡Basta ya!
-Es cierto, te lo aseguro.
El marciano se puso muy serio.
-Dime otra vez. ¿No ves la ciudad que te describo? Las columnas muy
blanca, las barcas muy finas, las luces de la fiesta... ¡Oh, lo veo todo tan
claramente! Y escucha... Oigo los cantos. ¡No están tan lejos!
Tomás escuchó y sacudió la cabeza.
-No.
-Y yo, en cambio, no puedo ver lo que tú me describes -dijo el marciano.
Volvieron a estremecerse. Sintieron frío.
-¿Podría ser?
-¿Qué?
-¿Dijiste que «del cielo»?
-De la Tierra.
-La Tierra, un nombre, nada -dijo el marciano-. Pero... al subir por el
camino hace una hora... sentí...
Se llevó una mano a la nuca.
-¿Frío?
-Sí.
-¿Y ahora?
-Vuelvo a sentir frío. ¡Qué raro! Había algo en la luz, en las colinas,
en el camino... -dijo el marciano-. Una sensación extraña... El camino, la
luz... Durante unos instante creí ser el único sobreviviente de este mundo.
-Lo mismo me pasó a mí -dijo Tomás, y le pareció estar hablando con un
amigo muy íntimo de algo secreto y apasionante.
El marciano meditó unos instantes con los ojos cerrados.
-Sólo hay una explicación. El tiempo. Sí. Eres una sombra del pasado.
-No. Tú, tú eres del pasado -dijo el hombre de la Tierra.
-¡Qué seguro estas! ¿Cómo es posible afirmar quién pertenece al pasado y
quién al futuro? ¿En qué año estamos?
-En el año dos mil dos.
-¿Qué significa eso para mí?
Tomás reflexionó y se encogió de hombros.
-Nada.
-Es como si te dijera que estamos en el año 4462853 S.E.C. No significa
nada. Menos que nada. Si algún reloj nos indicase la posición de las
estrellas...
-¡Pero las ruinas lo demuestran! Demuestran que yo soy el futuro, que yo
estoy vivo, que tú estás muerto.
-Todo en mí lo desmiente. Me late el corazón, mi estómago siente hambre,
mi garganta sed. No, no. Ni muertos, ni vivos, más vivos que nadie, quizá.
Mejor, entre la vida y la muerte. Dos extraños cruzan en la noche. Nada más.
Dos extraños que pasan. ¿Ruinas dijiste?
-Sí. ¿Tienes miedo?
-¿Quién desea ver el futuro? ¿Quién ha podido desearlo alguna vez? Un
hombre puede enfrentarse con el pasado, pero pensar... ¿Has dicho que las
columnas se han desmoronado? ¿Y que el mar está vacío y los canales, secos y
las doncellas muertas y las flores marchitas? -El marciano calló y miró hacia
la ciudad lejana. -Pero están ahí. Las veo. ¿No me basta? Me aguardan ahora, y
no importa lo que digas.
Y a Tomás también lo esperaban los cohetes, allá a lo lejos, y la
ciudad, y las mujeres de la Tierra.
-Jamás nos pondremos de acuerdo -dijo.
-Admitamos nuestro desacuerdo -dijo el marciano-. ¿Qué importa quién es
el pasado o el futuro, si ambos estamos vivos? Lo que ha de suceder sucederá,
mañana o dentro de diez mil años. ¿Cómo sabes que esos templos no son los de tu
propia civilización, dentro de cien siglos, desplomados y en ruinas? ¿No lo
sabes? No preguntes entonces. La noche es muy breve. Allá van por el cielo los
fuegos de la fiesta, y los pájaros.
Tomás tendió la mano. El marciano lo imitó. Sus manos no se tocaron, se
fundieron atravesándose.
-¿Volveremos a encontrarnos?
-¡Quién sabe! Tal vez otra noche.
-Me gustaría ir contigo a la fiesta.
-Y a mí me gustaría ir a tu ciudad y ver esa nave de que me hablas y
esos hombres, y oír todo lo que sucedió.
-Adiós -dijo Tomás.
-Buenas noches.
El marciano voló serenamente hacia las colinas en su vehículo de metal
verde. El terrestre se metió en su camioneta y partió en silencio en dirección
contraria.
-¡Dios mío! ¡Qué pesadillas! -suspiró Tomás, con las manos en el
volante, pensando en los cohetes, en las mujeres, en el whisky, en las noticias
de Virginia, en la fiesta.
-¡Qué extraña visión! -se dijo el marciano, y se alejó rápidamente,
pensando en el festival, en los canales, en las barcas, en las mujeres de ojos
dorados, y en las canciones.
La noche era oscura. Las lunas se habían puesto. La luz de las estrellas
parpadeaba sobre la carretera ahora desierta y silenciosa. Y así siguió, sin un
ruido, sin un automóvil, sin nadie, sin nada, durante toda la noche oscura y
fresca.
Bradbury, R. (2010). Crónicas
Marcianas. Madrid: Minotauro.
Este texto me confundió mucho, es muy extraño todo lo que pasa y es difícil de comprender, la verdad es que no entedi muy bien como iba la historia y me perdi en algunas partes ¿soy la única que se complico con este texto?
ResponderEliminarPaula Ochoa 8°B
Paula no eres la unica que se complico, este texto es bastante dificil de entender por lo que era dificil entender la historia y disfrutarla por otra parte no me gusta mucho este tipo de genero porque me gustan mas las historias de misterio
EliminarAntonia cuellar 8B
Tienes razón Anto, ademas estoy de acuerdo contigo, a mi también me gustan mas las historias de misterio.
EliminarPaula Ochoa 8°B
Estoy de acuerdo con ambas, también me pareció complicado y muy confuso, no logre entender ciertas partes y al gual que tú Paula, me perdí mientras leía y no pude entretenerme leyéndolo como quería.
EliminarVictoria Parra 8°A.
Al igual que ustedes este texto me complico porque hay muchas partes que te enredan y hacen que te pierdas. En mi opinión si el texto diera un poco mas de detalles seria una buena historia.Lo único que me entretuvo fue pensar que en un futuro lejano la gente de la Tierra se podría ir vivir a Marte como este señor.
EliminarFabiola Romero 8°A
Este cuento me gustó porque es de un estilo distinto y junta el género de misterio y comedio por lo que me gustó mucho.
ResponderEliminarAndrés Castelli 8°A
Encuentro razón en tu opinión, Andrés, porque es cómico el ver que un marciano y un humano piensan que cada uno está vivo y que el otro está muerto, y no se creen lo que se dicen porque no pueden verlo, gracioso.
EliminarMario Benavente, 8°B
Comparto el gusto contigo Castelli, me pareció bastante gracioso pero a la ve misterioso
EliminarDiego Marín 8ºB
Lo mismo pienso de ti castelli, muy gracioso. Tambien concuerdo con lo de mario, es comico ver que los 2 piensen lo mismo
EliminarIan vrsalovic 8C
Yo creo que el texto era algo confuso pero de cierta manera era una buena historia,me entretuvo bastante la conversación de Tomas con el marciano,pero me quede con la duda de que paso realmente,porque como decía: "La noche era oscura. Las lunas se habían puesto. La luz de las estrellas parpadeaba sobre la carretera ahora desierta y silenciosa. Y así siguió, sin un ruido, sin un automóvil, sin nadie, sin nada, durante toda la noche oscura y fresca...",no pude identificar de cierta manera el final.
ResponderEliminarJosefina Kolbe 8°D
Yo opino lo mismo que tú Jose , al principio era confundo de leer pero después de leerlo varias veces se puedo entender .
EliminarMe gusto mucho la historia la encontré muy entretenida en especial la parte en la que Tomas y el Marciono no se entendían ("-¡Hola! -contesto el marciano en su propio idioma. No se entendieron.
-¿Has dicho hola? -dijeron los dos.
-¿Qué has dicho? -preguntaron, cada uno en su lengua.
Los dos fruncieron el ceño.
-¿Quién eres? -dijo Tomás en inglés.
-¿Qué haces aquí -dijo el otro en marciano.
-¿A dónde vas? -dijeron los dos al mismo tiempo, confundidos.
-Yo soy Tomás Gómez,
-Yo soy Muhe Ca.)
Recomiendo mucho este texto .
Catalina Beltrán 8ºD
Al igual que ustedes, opino que en un principio era un poco confusa la historia. Pero me entretuvo la conversación entre Tomás y el marciano ("-¡Eres transparente! -dijo Tomás. -¡Y tú también! -replicó el marciano retrocediendo. Tomás se tocó el cuerpo, sintió su calor y se tranquilizó. 《Yo soy real》, pensó. El marciano se tocó la nariz y los labios. -Yo tengo carne -murmuró-. Yo estoy vivo. Tomás miró fijamente al fío. -Y si yo soy real, tú debes de estar muerto. -¡No! ¡Tú! -¡Un espectro! -¡Un fantasma!"), ya que, no se sabía quien tenía la razón, en cuanto al tiempo y espacio, si uno estaba vivo y el otro muerto, etc. Lo que generaba misterio y ganas de seguir con la lectura para encontrar respuesta a estas dudas.
EliminarValentina Delgado 8°C
El texto era algo confuso pero de alguna manera era una buena historia, pero me costó comprender de manera iba el texto.
ResponderEliminarCatalina Brito 8°A
Al igual que tu Cata encontré este texto confuso, pero bueno. el tema del texto era muy interesante. pero lo único que me costo entender fue la parte que dice "Vuelvo a sentir frío. ¡Qué raro! Había algo en la luz, en las colinas, en el camino... -dijo el marciano-. Una sensación extraña... El camino, la luz... Durante unos instante creí ser el único sobreviviente de este mundo" . En general me gusto
EliminarAntonia Gaete 8ºC
Al igual otras personas encontré que el texto era algo confuso y me costó entender el texto, pero en general me gusto bastante
ResponderEliminarMartina Fuentes 8D
este texto me gusto pq es diferente a los otros y muy misterioso
ResponderEliminarRaimundo valdes 8ºc
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho este texto, agrega misterio y tiene un desenlace paradójico, según Tomas, los marcianos estaban muertos, él y sus amigos estaban vivos e iban a hacer una fiesta, pero según el marciano los humanos habían muerto y él y los suyos iban también a tener una fiesta con mujeres hermosas (Según decía él). Enredado y asombroso.
ResponderEliminar"-Tu ciudad está muerta como un lagarto seco. Pregúntaselo a cualquiera de nuestro grupo. Voy a la Ciudad Verde. Es una colonia que hicimos hace poco cerca de la carretera de Illinois. No puedes ignorarlo. Trajimos trescientos mil metros cuadrados de madera de Oregón, y dos docenas de toneladas de buenos clavos de acero, y levantamos a martillazos los dos pueblos más bonitos que hayas podido ver. Esta noche festejaremos la inauguración de uno. Llegan de la Tierra un par de cohetes que traen a nuestras mujeres y a nuestras amigas. Habrá bailes y whisky...
El marciano estaba inquieto.
-¿Dónde está todo eso?
Tomás lo llevó hasta el borde de la colina y señaló a lo lejos.
-Allá están los cohetes. ¿Los ves?
-No.
-¡Maldita sea! ¡Ahí están! Esos aparatos largos y plateados.
-No."
Mario Benavente, 8°B
El texto lo encontré confuso, pero al mismo tiempo misterioso, ya que es extraño que el hombre (Tomás) y el marciano sintieran que uno de los dos estaba vivo y otro estaba muerto, y tener ideas diferentes de lo que vieron.
ResponderEliminarConsuelo Maturana 8°C.
Al igual que tu encontré el texto confuso, entretenido e interesante...
EliminarMe pude dar cuenta de que me gustó este texto ya que es en Marte y según el viejo es muy entretenido ("lo mejor será buscar un sitio tan diferente que uno abre los ojos y ya se entretiene", refiriéndose a Marte)...
Al igual que consuelo me pareció extraño y a la vez interesante que solamente uno estaba vivo y el otro muerto.
8°C
Al igual que tu encontré el texto confuso, entretenido e interesante...
EliminarMe pude dar cuenta de que me gustó este texto ya que es en Marte y según el viejo es muy entretenido ("lo mejor será buscar un sitio tan diferente que uno abre los ojos y ya se entretiene", refiriéndose a Marte)...
Al igual que consuelo me pareció extraño y a la vez interesante que solamente uno estaba vivo y el otro muerto.
8°C
Al igual ustedes, yo creo que el texto es confuso, porque que uno crea que esta vivo y que el otro no y viceversa es un tanto confuso, pero chistoso sobre todo en esta parte en que discuten por eso "-Y si yo soy real, tú debes de estar muerto.
Eliminar-¡No! ¡Tú!
-¡Un espectro!
-¡Un fantasma!
Se señalaron el uno al otro...", bueno en fin el texto es un tanto complicado de entender pero entretenido, estos textos como con seres que no se ven en la vida (marcianos) me gustan porque la gente saca al máximo su imaginación y creatividad
Montserrat Covarrubias 8°B
Este texto me confundió un poco pero despues pude comprender mejor a lo que se refería. Al igual que la jose Kolbe no logre comprender el final que decia: La noche era oscura. Las lunas se habían puesto. La luz de las estrellas parpadeaba sobre la carretera ahora desierta y silenciosa. Y así siguió, sin un ruido, sin un automóvil, sin nadie, sin nada, durante toda la noche oscura y fresca.
ResponderEliminarBárbara Alvarado 8-B
me entretuvo arto este texto, era confuso pero tambien una buena historia. Me intereso mucho el tema al leer el titulo.
ResponderEliminarFernanda Velasquez 8ºD
Este texto se me hizo muy corto al leerlo... Ya que es bastante entretenido, fácil de comprender e interesante. Me gusta mucho el motivo lírico del texto.
ResponderEliminarMe parece bastante divertido el drama y el misterio que hay entre los diálogos.
Fernanda Diaz 8D
Este texto no me gustó tanto porque, para mi, en un poco enredado cuando empiezan a describir lo que ven a su alrededor, tomas y el marciano, porque no sabes que está pasando o quien tiene la rzon, en ese sentido es un poco complicado, pero igual está bien porque un texto que te deje con la pregunta de quien era del futuro o del pasado o quien estaba muerto, dan mas ganas de seguir leyendo para llegar a la respuesta.
ResponderEliminarRebecca Pacheco 8ºD
Al igual que tu Rebe, este texto no me gusto mucho, ya que es un poco confuso. Me costo entenderlo pero luego de leerlo varias veces lo pude entender mejor.Pero en general es bastante bueno el texto, ya que te deja con una intriga que te hace que quieras descubrirla y que sigas leyendo el texto.
EliminarMaria Ignacia Carvajal 8ºA
He disfrutado con la lectura de esta narración, porque es diferente a lo que estoy acostumbrada a leer. Además me pareció atractiva la originalidad y el desfase del tiempo que se maneja en la historia. “-Sólo hay una explicación. El tiempo. Sí. Eres una sombra del pasado.
ResponderEliminar-No. Tú, tú eres del pasado -dijo el hombre de la Tierra.”
Isidora Trejo 8ºA
Estoy muy de acuerdo Isi, yo también ahora que leo tu comentario no es una narración muy común en lo que leo normalmente.
EliminarValentina Cook 8°B
Me gusto mucho el texto y también me dio mucha risa que el humano y el marciano no pudieran ponerse de acuerdo, también me gusto mucho el argumento del marciano en esta frase "¿Qué importa quién es el pasado o el futuro, si ambos estamos vivos?" ya que no tiene sentido que siguieran peleando si ambos estaban viviendo el momento aunque fuera en tiempos distintos.Me gusta también la forma de ser del humano ya que es como aventurero y curioso, es un personaje muy simpático.
ResponderEliminarÁngela Mendoza 8°A
Yo estoy de acuerdo con la mayoría de ustedes ya que el texto si es confuso o por lo menos para mi, pero me gustó harto porque también me gustan este tipo de historia, lo que me intereso mas fue esto: "Admitamos nuestro desacuerdo -dijo el marciano-. ¿Qué importa quién es el pasado o el futuro, si ambos estamos vivos?", me gusto esta frase ya que a el no le importo tanto que hayan sido de distintas épocas el admitió que los dos están vivos y eso es lo único que les debería importar.
ResponderEliminarValentina Cook 8°B
El texto me gustó mucho por la mezcla de comedia y misterio, y la verdad una se queda con la duda de cuál de los 2 personajes estaba en lo correcto, y a la vez causa intriga el hecho de que piensen que un es del pasado y otro del futuro.
ResponderEliminarDiego Marín 8ºB
El texto es un poco confuso para mi porque no entendia como sucedian los hechos y era muy extraño pero estuvo bien por que fue interesante
ResponderEliminarJaviera Cuellar 8A
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarera muy confuso el inicio, pero me gusto porque era divertido
ResponderEliminarEmilia Villarroel 8A
EliminarMe pareció interesante y fácil de entender , me gusto el tema de conversación de Tomas con el marciano , el saber quien era del pasado y quien de futuro me daban mas ganas de seguir leyendo, aunque me esperaba un final mejor.
ResponderEliminarVania Capdeville 8°D
bastante difícil de entender, me confundí mucho pero aun asi me divertí con el dialogo entre el protagonista y el marciano.
ResponderEliminarAmparo Ureta 8°A
Nunca había leído un texto así pero a sido bastante entretenido sobre todo cuando se peleaban Tomas con el marciano pero al final uno se queda con las ganas de saber que paso después.
ResponderEliminarMartín Lecler 8°D
Simplemente me encantó el cuento. Si,era confuso, pero se entendia la historia. Es como si cada quién ve lo que imagina, ve lo que quiere.
ResponderEliminarMuy bueno y también confuso.
Tomás Góngora 8°B
Al igual que a ti, me gustó mucho. Me pareció muy interesante y a la vez misterioso. En el cuanto la relación de la vida y de la muerte era completamente fantástica.
EliminarAmanda 8C
Este texto me gustó bastante, sin embargo no tengo una razón muy clara de porque. Me agradó la idea de la historia y el ambiente en el que se desarrolla. Además se me hace muy interesante el hecho de que hay humanos viviendo en marte y que el tiempo allí es diferente.
ResponderEliminarCatalina Jacob 8ºA
Creo que es un texto bastante original por el hecho de que los humanos vivan en marte, y que esté desarrollado en el diálogo entre una persona y un marciano. Me costó algo su comprensión especialmente en el principio del texto ("¿Qué olor tenía el tiempo? El olor del polvo, los relojes, la gente. ¿Y qué sonido tenía el tiempo? Un sonido de agua en una cueva, y una voz muy triste y unas gotas sucias que caen sobre cajas vacías y un sonido de lluvia"), pero en el desarrollo se vuelve bastante más interesante y comprensible.
ResponderEliminarCatalina Correa 8°A
el texto lo encontre interesante aunque la verdad no entiendo que tiene que ver el viejo del principio que habla con tomas ("-Aquí se sentirá usted bastante solo -le dijo al viejo.
ResponderEliminarEl viejo pasó un trapo por el parabrisas de la camioneta.
-No me quejo.")
la charla de tomas con el marciano ("-Yo soy Muhe Ca.")
la e encontrado mas interesante aunque me a costado entender de que se trata el texto
Camila pomareda 8°D
Me gustó el relato, es de los mas largos y eso lo vuelve un poco tedioso; cuando Thomas habló con el marciano me resultó divertido ya que era cómico al principio. Las predicciones del marcianito me parecen tenebrosas ya que lo mas probable es que si sea verdad en unos años, si la contaminación y el resto de factores que producen este cambio no se alteren.
ResponderEliminarGaspar Imbarack 8D
Este relato me gusto mucho y me pareció muy interesante ya que el marciano decía cosas que podrían pasar como la contaminación mundial y ciudades en ruinas.
ResponderEliminarBenjamín Fuenzalida 8°D
Me gustan este tipo de historias, me entretuvo mucho, es diferente, un relato casi mágico, en el que un viajante, Tomás Gómez, que circula por una solitaria carretera de Marte se detiene un momento junto a una loma y, en ese momento, un marciano aparece tras la loma.
ResponderEliminarJuan Trujillo 8ºA
Yo encuentro que este texto es uno de los que mas me a gustado, porque cuando tomas pelea con el marciano de quien es real, empieza la parte buena del texto, intrigando a leer mas.
ResponderEliminarDiego Runin 8°A
Este texto me confundió mucho, es muy extraño todo lo que pasa y es difícil de comprender pero al mimso tiempo me gusto ya que tenia cosas y sucesos muy interesantes
ResponderEliminarMartina Chiminelli 8C
No me ha gustado el texto ya que no me ha llamado la atención ademas era confuso y poco interesante según mi opínon
ResponderEliminary también es porque no me gustan este tipo de texto tan fantásticos
Dayanne Hidalgo 8C
En mi opinion el texto no era muy confuso pero lo que no me gusto de este texto eran los personajes porque creo que eran demasiado fantastico e irreales no es el tipo de texto que yo recomendaria.tambien uno una parte que me costo bastante entender y es esta "Vuelvo a sentir frío. ¡Qué raro! Había algo en la luz, en las colinas, en el camino... -dijo el marciano-. Una sensación extraña... El camino, la luz... Durante unos instante creí ser el único sobreviviente de este mundo" porque creo que el lenguaje no es muy claro en esta frase
ResponderEliminarAntonia cuellar 8B
Este es el texto que mas me ha gustado ya que hay una trama no muy compleja pero muy entretenida quisiera leer mas creo que este genero me gusta mucho y su combinación de géneros es muy recomendable pero el principio estaba un poco confuso
ResponderEliminarMila Marinzulich 8C