martes, 26 de abril de 2016

TEXTO 11

LA ADORACIÓN DE LOS REYES MAGOS
Manuel Mujica Láinez

Hace buen rato que el pequeño sordomudo anda con sus trapos y su plumero entre las maderas del órgano: A sus pies, la nave de la iglesia de San Juan Bautista yace en penumbra. La luz del alba -el alba del día de los Reyes- titubea en las ventanas y luego, lentamente, amorosamente, comienza a bruñir el oro de los altares.
Cristóbal lustra las vetas del gran facistol y alinea con trabajo los libros de coro casi tan voluminosos como él. Detrás está el tapiz, pero Cristóbal prefiere no mirarlo hoy.
De tantas cosas bellas y curiosas como exhibe el templo, ninguna le atrae y seduce como el tapiz de La Adoración de los Reyes; ni siquiera el Nazareno misterioso, ni el san Francisco de Asís de alas de plata, ni el Cristo que el virrey Ceballos trajo de Colonia del Sacramento y que el Viernes Santo dobla la cabeza, cuando el sacristán tira de un cordel.
El enorme lienzo cubre la ventana que abre sobre la calle de Potosí, y se extiende detrás del órgano al que protege del sol y de la lluvia. Cuando sopla viento y el aire se cuela por los intersticios, muévense las altas figuras que rodean al Niño Dios.
Cristóbal las ha visto moverse en el claroscuro verdoso. Y hoy no osa mirarlas.
Pronto hará tres años que el tapiz ocupa ese lugar. Lo colgaron allí, entre el arrobado aspaviento de las capuchinas, cuando lo obsequió don Pedro Pablo Vidal, el canónigo, quien lo adquirió en pública almoneda por dieciséis onzas peluconas. Tiene el paño una historia romántica. Se sabe que uno de los corsarios argentinos que hostigaban a las embarcaciones españolas en aguas de Cádiz, lo tomó como presa bélica con el cargamento de una goleta adversaria. El señor Fernando VII enviaba el tapiz, tejido según un cartón de Rubens, a su gobernador de Filipinas, testimoniándole el real aprecio. Quiso el destino singular que en vez de adornar el palacio de Manila viniera a Buenos Aires, al templo de las monjas de Santa Clara.
El sordomudo, que es apenas un adolescente, se inclina en el barandal. Allá abajo, en el altar mayor, afánanse los monaguillos encendiendo las velas. Hay mucho viento en la calle. Es el viento quemante del verano, el de la abrasada llanura. Se revuelve en el ángulo de Potosí y Las Piedras y enloquece las manti1las de les devotas. Mañana no descansarán los aguateros, y las lavanderas descubrirán espejismos de incendio en el río cruel. Cristóbal no puede oír el rezongo de las ráfagas a lo largo de la nave, pero siente su tibieza en la cara y en las manos, como el aliento de un animal. No quiere darse vuelta porque el tapiz se estará moviendo y alrededor del Niño se agitarán los turbantes y las plumas de los séquitos orientales.
Ya empezó la primera misa. El capellán abre los brazos. y relampaguea la casulla hecha con el traje de una virreina. Asciende hacia las bóvedas la fragancia del incienso.
Cristóbal entrecierra los ojos. Ora sin despegar los labios. Pero a poco se yergue, porque él, que nada oye, acaba de oír un rumor a sus espaldas. Sí, un rumor, un rumor levísimo, algo que podría compararse con una ondulación ligera producida en el agua de un pozo profundo, inmóvil hace años. El sordomudo está de pie y tiembla. Aguza sus sentidos torpes, desesperadamente, para captar ese balbucir.
Y abajo el sacerdote se doblega sobre el Evangelio, en el esplendor de la seda y de los hilos dorados, y lee el relato de la Epifanía.
Son unas voces, unos cuchicheos, desatados a sus espaldas. Cristóbal ni oye ni habla desde que la enfermedad le dejó así, aislado, cinco años ha. Le parece que una brisa trémula se le ha entrado por la boca y por el caracol del oído y va despertando viejas imágenes dormidas en su interior.
Se ha aferrado a los balaústres, el plumero en la diestra. A infinita distancia, el oficiante refiere la sorpresa de Herodes ante la llegada de los magos que guiaba la estrella divina.
-Et apertis thesaurus suis -canturrea el capellán- obtulerunt ei munera, aurum, thus et myrrham.
Una presión física más fuerte que su resistencia obliga al muchacho a girar sobre los talones y a enfrentarse con el gran tapiz.
Entonces en el paño se alza el rey mago que besaba los pies del Salvador y se hace a un lado, arrastrando el oleaje del manto de armiño. Le suceden en la adoración los otros príncipes, el del bello manto rojo que sostiene un paje caudatario, el rey negro ataviado de azul. Oscilan las picas y las partesanas. Hiere la luz a los yelmos mitológicos entre el armonioso caracolear de los caballos marciales. Poco a poco el séquito se distribuye detrás de la Virgen María, allí donde la mula, el buey y el perro se acurrucan en medio de los arneses y las cestas de mimbre. Y Cristóbal está de hinojos escuchando esas voces delgadas que son como subterránea música.
Delante del Niño a quien los brazos maternos presentan, hay ahora un ancho espacio desnudo. Pero otras figuras avanzan por la izquierda, desde el horizonte donde se arremolina el polvo de las caravanas, y cuando se aproximan se ve que son hombres del pueblo, sencillos, y que visten a usanza remota. Alguno trae una aguja en la mano; otro, un pequeño telar; este lanas y sedas multicolores; aquel desenrosca un dibujo en el cual está el mismo paño de Bruselas diseñado prolijamente bajo una red de cuadriculadas divisiones. Caen de rodillas y brindan su trabajo de artesanos al Niño Jesús. Y luego se ubican entre la comitiva de los magos, mezcladas las ropas dispares, confundidas las armas con los instrumentos de las manufacturas flamencas.
Una vez más queda desierto el espacio frente a la Santa Familia.
En el altar, el sacerdote reza el segundo Evangelio.
Y cuando Cristóbal supone que ya nada puede acontecer, que está colmado su estupor, un personaje aparece delante del establo. Es un hombre muy hermoso, muy viril, de barba rubia. Lleva un magnífico traje negro, sobre el cual fulguran el blancor del cuello de encajes y el metal de la espada. Se quita el sombrero de alas majestuosas, hace una reverencia y de hinojos adora a Dios. Cabrillea el terciopelo, evocador de festines, de vasos de cristal, de orfebrerías, de terrazas de mármol rosado. Junto a la mirra y los cofres, Rubens deja un pincel.
Las voces apagadas, indecisas, crecen en coro. Cristóbal se esfuerza por comprenderlas, mientras todo ese mundo milagroso vibra y espejea en torno del Niño.
Entonces la Madre se vuelve hacia el azorado mozuelo y hace un imperceptible ademán, como invitándolo a sumarse a quienes rinden culto al que nació en Belén.
Cristóbal escala con mil penurias el labrado facistol, pues el Niño está muy alto. Palpa, entre sus dedos, los dedos aristocráticos del gran señor que fue el último en llegar y que le ayuda a izarse para que pose los labios en los pies de Jesús. Como no tiene otra ofrenda, vacila y coloca su plumerillo al lado del pincel y de los tesoros.
Y cuando, de un salto peligroso, el sordomudo desciende a su apostadero de barandal, los murmullos cesan, como si el mundo hubiera muerto súbitamente. El tapiz del corsario ha recobrado su primitiva traza. Apenas ondulan sus pliegues acuáticos cuando el aire lo sacude con tenue estremecimiento.

Cristóbal recoge el plumero y los trapos. Se acaricia las yemas y la boca. Quisiera contar lo que ha visto y oído, pero no le obedece la lengua. Ha regresado a su amurallada soledad donde el asombro se levanta como una lámpara deslumbrante que transforma todo, para siempre.


Misteriosa Buenos Aires. (2001). Buenos Aires. Argentina. EDITUM.

38 comentarios:

  1. este texto es algo extraño, en mi opinión este texto se desarrollaba muy lento, por lo que no me gustó, diría que el desarrollo no lo entendí, además habían palabras en otro idioma que podría ser latín o no lo sé.
    Martín Toledo 8°D

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    1. Al igual que tu,lo encuentro súper extraño y al leerlo da una sensación de que la historia se desarrolla muy lentamente,me costo entender algunas partes y en lo personal no me acomodo el texto.

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    2. Al igual que ustedes, lo encontré extraño y un poco confuso, al igual que la Jose sentí que la historia avanzaba lentamente

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    3. Al igual que todos ustedes encontré que la trama de la historia se desarrollaba muy lento, por lo tanto no lo disfrute ni me gustó...
      La verdad no lo leí con mucha atención porque nunca me enganche y lo único que logre entender fue que trataba de los Reyes magos...
      8°C

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    4. Al igual que todos ustedes encontré que la trama de la historia se desarrollaba muy lento, por lo tanto no lo disfrute ni me gustó...
      La verdad no lo leí con mucha atención porque nunca me enganche y lo único que logre entender fue que trataba de los Reyes magos...
      8°C

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  3. Este texto es bastante lento, por lo que no me gustò, incluso quería terminarlo rápidamente pues no era de mi interés. Algunos párrafos me complicaron para entender, porque habían varias palabras que no conocía y algunas palabras no se encontraban en el diccionario. Este texto no lo recomiendo, pienso que no es de interés general y puede aburrir por sus detalles que lo hacen lento.
    Dani Aravena 8ºD

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    2. Opino igual que tú Dany , para el texto era demaciado lento por lo cual me aburría demaciado rápido y también al haber palabras desconocidas y palabras en otro idioma me complico leer el texto .
      Sinceramente no recomíendo este texto a las personas por qué lo más probable sea que las personas se aburran fácilmente al igual que yo .
      Catalina Beltrán 8ºD

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    4. Yo también encontre el texto muy lento, pero a diferencia de ustedes no me aburrió tanto, me gusto la manera detallada que el autor describía la historia, pero al ser tan detallada, parecía más una descripción de una iglesia que una historia en sí y los hechos son muy confusos por lo que no entendí que era lo que estaba sucediendo. La verdad es que este texto no me gustó mucho y tampoco lo recomiendo.
      Diana Kretschmer 8ºD

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  6. Al igual que ustedes el texto me pareció aburrido, lento y difícil de entender ya que muchos detalles hacían perder la idea central, personalmente no lo recomendaría
    Thomas Aguilera 8A

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  7. Encuentro que el texto no es muy fácil para leer, tiene un vocabulario bastante complicado, habían palabras que no reconocía y que tuve que buscar en un diccionario, lo que hizo que me tomara más tiempo de leer que otro tipo de narración. Sentí que la narración de la historia es antigua, pero si me entretuvo dentro de todo.
    Javiera Alarcón 8°D

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  8. El texto me pareció aburrido,además que tenía mucha metáfora que eran difíciles de interpretar y también habían palabras que nunca había escuchado o leído en mi vida.

    Ramón Mazuela 8°A

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  9. No me gustó este texto, se complicaba mucho y encontré que se desarrollaba de forma muy lenta, no lo recomendaría.

    José Tomás Araneda 8ºA

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  10. Me pareció un texto muy lento con muchas metáforas en lo personal uno de los peores textos de la antología

    José Luis Marty 8ºB

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  11. No me gustó este texto, ya que era muy lento, difícil de entender y se usaban palabras que no conocía.
    Martín Latorre 8°A

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  12. Este texto me pareció confuso y difícil de comprender. Algunas partes de este relato están en latín o hebreo al parecer eso me complicó la lectura y comprención. es un relato lento pero largo en lo personal no lo recomendaría a nadie.

    Gaspar Imbarack 8D

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  13. Este texto me pareció confuso y difícil de comprender. Algunas partes de este relato están en latín o hebreo al parecer eso me complicó la lectura y comprención. es un relato lento pero largo en lo personal no lo recomendaría a nadie.

    Gaspar Imbarack 8D

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  14. Este texto me pareció confuso y difícil de comprender. Algunas partes de este relato están en latín o hebreo al parecer eso me complicó la lectura y comprensión. es un relato lento pero largo en lo personal no lo recomendaría a nadie.

    Gaspar Imbarack 8D

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  15. Para ser sincera este relato no me gusto, fue lento y mucho mas complicado que los demás cuentos, hubieron frases que no comprendí, por ejemplo ¨entre el arrobado aspaviento de las capuchinas¨ y simplemente me perdí en muchos momentos.
    Victoria Parra 8°A.

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  16. No me gusto, Lo encontre confuso y extraño.
    Emilia Villarroel 8A

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  17. Honestamente no me atrajo la historia, encontré que le faltaba algo que al compararlo con otros cuentos estos si lo tenían. Me costó comprender frases y el relato en general, porque no conocía una gran variedad de palabras. Igualmente logré entender pequeñas partes e ideas de la historia, como que Cristóbal era sordomudo, las cuales traté de relacionarlas con lo que pasaba en la obra.

    Isidora Trejo 8ºA

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  18. la verdad es que no me gusto el texto no me llamo la atencion fue dificil entender algunas frases o cosas que sucedian en general me parecio aburrido
    Javiera Cuellar 8A

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  19. Este texto no me gusto debido a que no tenia un tema interesante y era muy difícil de entender y eso causo que no me dieran ganas de leerlo como os demás textos, también coincido con el comentario de Martín Toledo que dijo que habían palabras muy difíciles y en otro idioma al parecer y eso causo dificultad en la lectura

    Diego Otárola 8°B

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  20. Realmente encuentro que la historia no fue de mi agrado ya que es muy confusa había palabras que no entendía era lento aburrido y otras de las razones por las cuales no me gusto fue porque la mayor parte de la historia hablan como de dios y como que casi no se habla de Cristobal y si sé habla no es muy notorio .
    Dayanne Hidalgo 8C

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  21. No me gustó nada lo encuentro raro y sin sentido no lo volvería a leer por gusto.
    Andrés Castelli 8°A

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  22. Me pareció bastante extraño y difícil de comprender pero igual no es tan malo
    Diego Muñoz 8a

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  23. El cuento se desarrollaba muy lento, y era dificultoso no perderse entre medio de él, no es de los mejores, aunque no significa que no me haya gustado, además, me llamó la atención la parte donde Cristóbal ve que todo cobra vida y que después no es capaz de comentar lo sucedido.
    "Quisiera contar lo que ha visto y oído, pero no le obedece la lengua. "

    Mario Benavente, 8°B

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  24. Este texto no me gustó mucho por el hecho de que el tema del texto me parece aburrido y no tiene mayor acción tales como los otros. Sumando que además el comprender el texto se me hace un poco complejo.
    Catalina Jacob 8ºA

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  25. Encuentro que este es el texto ha sido el más lento y detallista que he leído en esta página, lo que me hizo confundirme varias veces, además no se habla casi nada de Cristóbal y las veces que se habla de él no son notorias.
    Samantha Guzman 8°B.

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  26. No me gusto el texto, es muy confuso y no lo entendí bien además me pareció aburrido y tiene palabras difíciles de comprender

    Bianca Fiorenza 8*D

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  27. Encontré que la trama de la historia se desarrollaba muy lento, por lo tanto no lo disfrute ni me gustó...por el mimso motivo no me sentre mucho ni en los personajes ni en la idea central...

    Martina Chiminelli 8C

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  28. Es un texto que no pude comprender y es muy lento. Claramente el peor.

    Lucas Valdivieso

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  29. No me gustó el texto, lo encontré aburrido y difícil de comprender, además que lo único que quería era terminarlo, porque de verdad no daban ganas de seguir leyéndolo.
    Rosario Jungmann 8ºC

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  30. Muy aburrido el texto porque los hechos se desarrollan de manera muy lenta y también es difícil de compernder
    Martín González
    8ºC

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